CÓMO DOMINAR EL MIEDO

Sabido es que el miedo, se manifiesta en las personas como algo natural, en distintas formas o modalidades, notándose en un simple nerviosismo, o en algo que nos deja estáticos sin poder obrar o por el contrario en algo que nos hace que emprendamos la huída siguiendo el instinto de conservación.

No todas las personas sienten temor o miedo a las mismas cosas; pero lo que si es cierto, es que siempre le tememos, a lo que no comprendemos pero que no ignoramos, y que su resultado nos podría causar un daño, irreparable, ya sea físico o psicológico.

La comprensión de todo aquello que nos causa temor o miedo, lo aminora, raramente tememos a las cosas que comprendemos.


El mejor remedio contra el miedo, es atacarlo antes que se manifieste. La inacción es la mejor aliada del miedo; y la acción su mas efectivo antídoto.


Aún la muerte misma, ya no es la fea, que nos debe causar horror, pues Cristo, la ha conquistado, la ha despojado de su aguijón y fealdad.


Igual que el Apóstol Pablo, podremos decir "Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia" Filipenses 1:21


Al morir el hombre no redimido, tiene todas las de perder; pero el redimido tiene todas las de ganar; de conformidad a la maravillosa promesa que Dios nos ha dado, que disipa, diluye todos los temores, "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". S. Mateo 28:20


Siempre que le temamos a algo, es necesario analizarlo, no huír, tengamos a Cristo como protector, la roca que nos oculta de todo mal, el que venció a la muerte, y podremos decidir el rumbo a seguir.


El Apóstol San Pablo nos dice "Tampoco queremos hermanos, que ignoreis acerca de los que duermen, para que no entristescais como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él". 1Tesalonisenses 4:13-14